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domingo, 10 de julio de 2011

Tú me complementas…


No era ésta exactamente la frase que Jerry Maguire le regalaba llorando a Dorothy, en aquella película de Cameron  Crowe (1996), Jerry Maguire.  En ella, un todavía seductor Tom Cruise interpretaba a un exitoso agente deportivo, que a duras penas, se hacía a la idea del ocaso vivido en una crisis laboral y profesional.




En dicha escena Renée Zelweger, sucumbía a los increíbles encantos de un hombre que trataba de enamorarla en una segunda o tercera vuelta. Ella había sido la secretaria abnegada en la que sólo se fijo cuando, una vez venido a menos, ella no sólo no le abandonó sino que le hizo resurgir de sus cenizas cual Ave Fenix.





Y no era exactamente esa frase, la verdad. No era un “Tú me complementas”, sino que Jerry le decía a Dorothy un rotundo “Tú me completas”. Tras escuchar esa increíble frase una y mil veces, no pude dejar de pensar en la teoría de las relaciones exitosas o fallidas (si es que existe una teoría al respecto).

En los años noventa (fecha en la que data dicho documento filmográfico), un “tú me completas” sería una auténtica, novedosa y romántica declaración de amor. Una década en la que se hablaba de medias naranjas y de la capacidad del ser humano de completar las carencias de un partener sentimental, un contrario en una relación de amistad , o cualquiera que fuera la relación humana de la que habláramos.

Ya me lo dijo mi madre con una gran precisión. “En los tiempos que hoy corren no existen medias naranjas, sino naranjas enteras que se complementan entre sí”. Fue en aquel momento en el que decidí pegar una patada a semejante guión romántico y ponerme a teorizar sobre la importancia de un complemento.

Y cómo si de un estilismo se tratara, en nuestros días solemos prestar atención al primer golpe de vista y damos importancia a la indumentaria que conforma un estilismo. En un momento en el que la sociedad necesita estímulos inmediatos, somos pocos los que nos fijamos en una segunda vuelta… en la importancia de los complementos, tanto en imagen como en el interior. Existe un mundo increíble en esas pequeñas cosas. 
Esas pequeñas cosas que en un “a largo plazo”, nos ofrecen la llave de una apariencia estilosa y de una personalidad arrolladora. En las segundas vueltas, en las naranjas enteras, en los complementos se podría esconder probablemente el secreto del éxito.
Generalmente en un look, el aderezo de los complementos es capital… En una vestimenta, por ejemplo, desarrollada desde unas prendas básicas (denim y camiseta de algodón por ejemplo), los complementos pueden ser el elemento que lo conviertan en un estilismo para la noche. Logrando una mezcla entre lo sencillo y lo absolutamente elegante. 
De la misma manera que un exceso de complemento puede tirar por tierra cualquier look ya sea de mañana como de noche, entonces ¿ocurre de semejante manera en las vidas personales? ¿Ser un buen complemento de alguien es la clave? ¿Y qué pasa cuándo nos excedemos en el ímpetu de complementar? ¿nos convertimos en elementos invasivos del otro?

En la teoría del complemento, existe también un efecto perverso en el que, si nos sobrepasamos en nuestro papel complementario, podemos conseguir tirar por los suelos nuestro objetivo (ya sea en la vestimenta o en las relaciones interpersonales) ¿Dónde está pues el término medio? ¿Es mejor complementar a alguien que tratar de completarlo haciendo más visibles así sus carencias?

En una sociedad en la que el individualismo nos convierte en absolutos protagonistas de nuestro ego, sin tener muy en cuenta el protagonismo del otro… ¿Coartamos al contrario tratando de completarlo? ¿Por qué no le damos más importancia al pequeño-gran complemento?
Mirando a mi alrededor y tratando de encontrar la pócima del buen gusto y el éxito en lo personal no puedo dejar de preguntarme ¿Qué buscamos en la vida completar o complementar?... o mejor dicho ¿Somos medias naranjas o naranjas enteras?...
Todos los complementos son de El colibrí de Jade
Ver www.elcolibridejade.com



2 comentarios:

  1. GRACIASSS! Me ha encantado, tienes mucha razón. Pero mi pregunta es: porqué insitimos en complementar o completar nuestra relación y nunca en que la otra parte nos complemente o complete????? tal vez porque damos por hecho que casi nunca ocurre así.
    En mi mundo del abalorio busco el equilibrio bien en el diseño o bien cómo llevarlo. Es conocida la expresión de 'menos es más', esta afirmación debería ser seguida a rajatabla si no se quiere caer en el momento arboldenavidadentrandoporlapuerta..... En sigue así Laurita. Un beso muy grande y me alegro que nos complementemos.

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  2. Creo que tienes mucha razón amiga...en el aspecto de completar o complementar deberíamos empezar a esperar recibir algo del contrario, y si es bueno mucho mejor... en lo que a estilismos se refiere, sabes que lo que tu opines, para mí va a misa, desde siempre he pensado que tienes un estilo maravilloso y es cierto que con poquito se consigue lo máximo casi siempre...
    CAda día me encantas más, y sí... creo que nos complementamos... y me encanta... un besazo


    Lauri

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